The Ultimate Guide To Writing Better Than You Normally Do, by Colin Nissan

Original

1. Escribe todos los días
Escribir es un músculo. Más pequeño que un tendón, y un poco más grande que un bíceps, necesita ser ejercitado para ser más fuerte. Piensa que tus palabras son repeticiones, tus párrafos son series, tus páginas son tu ejercicio diario. Piensa que tu laptop es una máquina como esa del gimnasio donde abres y cierras tus muslos frente a todo el mundo, mostrando al mismo tiempo tus inseguridades y tus genitales. Porque eso es de lo que se trata escribir.

2. No pierdas el tiempo
La pérdida de tiempo es una seductora sirena tentándote a buscar en google el país de donde viene Balki de Perfect Strangers, y pegarle notitas a tu perro en forma de hilarantes pantaloncillos. Una malvada tentación llamándote a cuidar a tus hijos y a bañarte. Bueno, es hora de mirar a los ojos a la pérdida de tiempo y decirle a esa linda marinerita "Perdón, hoy no, hoy escribo".


3. Pelea contra el bloqueo de escritor
La página blanca vacía. El Diablo Blanco. El Pollo Loco. De cualquier manera que quieras llamarlo, mirar en el abismo en busca de una idea puede ser aterrador. Pero pregúntate esto; ¿estaba Picasso asustado de su tela en blanco? ¿Estaba Mozart asustado de su partitura en blanco? ¿Estaba Edison asustado de su ampolleta en blanco? Si todavía te sientes bloqueado, pregúntate más cosas, como ¿por qué dejé mi trabajo para tener tiempo para escribir? ¿Puedo/debería beberme toda esta botella de aguardiente? ¿Dan The Price is Right a las 10 o a las 11?

4. Aprende de los maestros
Mark Twain dijo una vez: "Muestra, no digas". Esta es una importantísima lección que los escritores deben recordar; nunca dejes que tu ego crezca tanto que te sientas calificado para soltar frases oscuras y confusas como "Muestra, no digas". Gracias por nada, Mark.

5. Encuentra a tu musa
Encontrar una buena musa no es nada fácil en estos días, así que deberías pasar por varias antes de escoger una ganadora. Ten cuidado de las musas que prometen terminar con tus proyectos en tiempos irreales, o de las que visten ropas de hechicera. Cuando te fijes en una prometedora nueva musa, también fíjate en otros escritores tratando de aparecer y quitártela. Sólo sé paciente en tu búsqueda, porque la musa/humana correcta puede durar una vida entera. 

6. Perfecciona tu arte
Hay dos cosas más difíciles que escribir. La primera es editar, la segunda es el nivel experto del Sudoku, donde hay llenos sólo dos putos cuadrados. Aunque editar es un proceso agotador, si trabajas realmente duro en ello, al terminar puedes notar que tu obra de arte tiene menos palabras que las que tenía antes, lo que es bueno. Quizá George Bernard Shaw lo expresa mejor, pues cuando enviaba una carta a su amigo le escribió: "Siento que esta carta sea tan larga, no tenía tiempo para hacerla más corta". Ninguna cita ilustra mejor el punto de que los escritores son gente muy ocupada.

7. Pide opiniones
Es muy fácil esconderte en tu pequeña burbuja, tipeando tus pequeñas palabras con tus pequeños dedos en tu pequeña laptop desde la comodidad de tu diminuta silla en tu pequeña casa miniatura. Uso este tono para ilustrar la importancia de  desarrollar una piel gruesa. Recuerda, el único tipo de crítica que no te ayuda a mejorar es la crítica deshonesta. Eso, y alguien diciéndote que tienes los hombros raros. 

8. Lee, lee, lee
No es un secreto que los buenos escritores son también buenos lectores, y si no puedes leer, tu escritura sufre las consecuencias. También si puedes leer, pero tienes que mover tus labios para leer las palabras más largas, serás un mal escritor. También si pronuncias espresso como expresso.

9. Estudia las reglas, después rómpelas
Parte de encontrar tu propia voz como escritor es encontrar tu propia gramática. No gastes tu carrera en un mar de copiones cuando puedes establecer tu propio set de reglas. Si todos están poniendo los puntos al final de sus oraciones, tú ponlos en medio de las palabras. ¿Será increíblemente difícil de leer? Sí, lo será. ¿Te pondrá en el camino de ser un pionero de la escritura? Difícil decirlo, pero te estás quedando sin opciones a estas alturas.

10. No pierdas la cabeza
El cerebro de un escritor está lleno de pequeños regalos, como una piñata en un cumpleaños. Está lleno también de demonios, como una piñata en un cumpleaños en un manicomio. La verdad es que no es sólo el alcohol, son los demonios los que mantienen vivo al espíritu de un torturado escritor. Seguro que el alcohol va a darte un pequeño empujón de energía, pero no hará absolutamente nada por tu escritura. Así que trata a tus demonios con el respeto que se merecen, y con suficiente medicación para mantener tus pantalones puestos.

Aurora

Al amanecer desde mi cama, vago sonido de remolinos vaciándose en la nada
¿Drenaje de la noche? ¿Es, acaso, líquida la noche?
Como agua oscura llenando la cara azul del cielo,
olas etéreas llenas de hialinos peces atormentados
como vos, como yo,
perdidos en las profundidades abisales del cielo.

También desde mi almohada amago de barcos,
Nao que no debería oír pero oigo,
zarpando a otras costas, a otros cielos.
Barcos, curioso ruido aquí, el grao tan lejos,
lejos las sirenas, lejos el atribulado marinero perdido,
tan lejos de las estrellas, tan lejos de todo lo que soy:
yo pertenezco a la infinidad de las olas y los astros;

me escoltan en todo momento
puesto que están dentro de mí.

Vocabulario

Para M.
     A veces de vuestra adusta presencia brota la partitura frívola de cálido éxtasis, en la que muero sin morir y vivo más que nunca, mariposa extasiada de polen ambarino, veneno de tarántula, dulce néctar compartido del que Baco siente envidia, cántico lacerado fluyendo entre dragones que se tocan y se empujan y se separan, que suspiran y muerden y gimen en húmedas cuevas frenéticas, mientras aves dactiloscópicas vuelan y se posan y picotean acá un brazo, allá una montaña, recogiendo y sembrando entre los montes la simiente del ser.



(Otras veces, no,otras veces...)

idiota

Siempre me malinterpretas
como si yo no entendiera
como si yo discutiese contigo.

Creo que sos vos el que no entiende
sos vos el que no escucha,
sos vos discutiendo contigo mismo.

(Hay otras cosas que sí entiendes:
las que tienen que ver contigo;
las que tienen que ver conmigo
ni te acercas)

Voces

Muestra la Quimera sus fauces siniestras
 mientras agita su melena flamígera:
se desprenden chispas y zumbidos de abejas
que vuelan fugándose de la canícula.

Se mofa de la muerte el cuervo festivo
más de esta se sustenta:
carcome los huesos con sosiego
hasta roer la médula y tragarla.

Nefastos conciliábulos de nereidas opacas
azotan con su rumor el oscuro piélago
los peces se inquietan en sus olas
suena, a lo lejos, un barco.

Voces en la oscuridad.



quiero
no sé qué quiero
a ratos me parece que te quiero a vos
después pienso que no, que es algo más
(o algo menos)
algo así como que te quiero a vos, pero sin ti
no sé si entiendes,
tengo ganas de darte un beso
pero que de pronto no seas tú
nunca más tú
nunca.-


(que tus ojos vean,
que tu boca grite,
que tus manos se acallen,
que tu cuerpo no respire)

escalofríos.

Now shut up, you distasteful Adbekunkus (Julio Cortázar)

     Quizás los moluscos no sean neuróticos, pero de ahí para arriba no hay más que mirar bien; por mi parte he visto gallinas neuróticas, gusanos neuróticos, perros incalculablemente neuróticos; hay árboles y flores que la psiquiatría del futuro tratará psicosomáticamente porque ya hoy sus formas y colores nos resultan francamente morbosos. A nadie le extrañará entonces mi indiferencia cuando a la hora de tomar una ducha me escuché mentalmente decir con visible placer vindicativo: Now shut up, you distasteful Adbekunkus.
   
     Mientras me jabonaba, la admonición se repitió rítmicamente y sin el menor análisis consciente de mi parte, casi como formando parte de la espuma del baño. Sólo al final, entre el agua colonia y la ropa interior, me interesé en mí mismo y de ahí en Adbekunkus, a quien había ordenado callar con tanta insistencia a lo largo de media hora. Me quedó una buena noche de insomnio para interrogarme sobre esa leve manifestación neurótica, ese brote inofensivo pero insistente que continuaba como una resistencia al sueño; empecé a preguntarme dónde podía estar hablando y hablando ese Adbekunkus para que algo en mí que lo escuchaba le exigiese perentoriamente y en inglés que se callara.

     Deseché la hipótesis fantástica, demasiado fácil: no había nada ni nadie llamado Adbekunkus, dotado de facilidad elocutiva y fastidiosa. Que se trataba de un nombre propio no lo dudé en ningún momento; hay veces en que uno hasta ve la mayúscula de ciertos sonidos compuestos. Me sé bastante dotado para la invención de palabras que parecen desprovistas de sentido o que lo están hasta que yo lo infundo a mi manera, pero no creo haber suscitado jamás un nombre tan desagradable, tan grotesco y tan rechazable como el de Adbekunkus. Nombre de demonio inferior, de triste adlátere, uno de los tantos que invocan los grimorios; nombre desagradable como su dueño: distasteful Adbekunkus. Pero quedarse en el mero sentimiento no llevaba a ninguna parte; tampoco, es verdad, el análisis analógico, los ecos mnemónicos, todos los recursos asociativos. Terminé por aceptar que Adbekunkus no se vinculaba con ningún elemento consciente; lo neurótico parecía precisamente estar en que la frase exigía silencio a algo, a alguien que era un perfecto vacío. Cuántas veces un nombre asomando desde una distracción cualquiera termina por suscitar una imagen animal o humana; esta vez no, era necesario que Adbekunkus se callara, pero no se callaría jamás porque jamás había hablado o gritado. ¿Cómo luchar contra esa concreción de vacío? Me dormí un poco como él, hueco y ausente.

Incertidumbre

12/08/13
El tiempo no puede ser encasillado en minutos, en segundos; ni siquiera existe propiamente y pretendemos medirlo. Estoy convencida de que a veces el tiempo no pasa, o pasa muy rápido, o muy lento. O yo paso entre el tiempo de diferente forma.

Han pasado 7 minutos y he pensado el mundo entero.

Excursión en el olvido

08/07/13
Necesitaba eso:
el sabor de la cerveza barata en la garganta
el humo amargo en los pulmones,
el recordar que no hay nada más que la vida llevando a la muerte

Clarividencia

Usted, como pasa tantas veces, no hubiera podido precisar el momento en que creyó entender; también en el ajedrez y en el amor hay esos instantes en que la niebla se triza y es entonces que se cumplen las jugadas o los actos que un segundo antes hubieran sido inconcebibles. 
-Reunión con un círculo rojo, Julio Cortázar (fragmento)

Me pasa mucho que, de la nada, te recuerdo

Encierro

y al fin de todo
aquí me encuentro
sola
como lo esperaba
pero no como lo deseaba

La vida es una perra cruel
(también tú, me contesta)

inutilidades

     No estábamos enamorados, hacíamos el amor con un virtuosismo desapegado y crítico, pero después caíamos en silencios terribles y la espuma de los vasos de cerveza se iba poniendo como estopa, se entibiaba y contraía mientras nos mirábamos y sentíamos que eso era el tiempo.
Julio Cortázar, Rayuela


(Alguna vez, sin embargo, fue distinto)
“Parecían dos niños”, me dijo. Y esa reflexión la asustó, pues siempre había pensado que sólo los niños son capaces de todo. (Crónica de una Muerte Anunciada)
Evocación,
de ti
de tus ojos,
del vacío.

Ojos vacíos
de niño triste,
de niño duro,
de niño cruel.

Ah, amor mío,
tan real 
tan ingenuo
tan nada
tan todo.

(Esa obsesión malsana con ustedes,
niños tristes: mientras más tristes,
más crueles)



Y para qué escribir
para qué verter las mentiras en un papel, en una pantalla
si se notan falsas
si la verdad sigue tan lejos, tan canalla

Y para qué saber la verdad,
si es aun más terrible
para qué escribir la verdad
si para todos leerla es temible.

El tiempo está después, Fernando Cabrera

La calle Llupes raya al medio, encuentra a Belvedere, 
el tren saluda desde abajo con silbos de tristeza.

Aquellas filas infinitas saliendo de central,
el empedrado está tapado pero allí está.

La primavera en aquel barrio se llama soledad,
se llama gritos de ternura pidiendo para entrar
y en el apuro está lloviendo.

Ya no se apretarán mis lágrimas en tus bolsillos,
cambiaste de sacón.

Un día nos encontraremos en otro carnaval,
tendremos suerte si aprendemos que no hay ningún rincón,
que no hay ningún atracadero que pueda disolver en su escondite lo que fuimos.

El tiempo está después.

Nocturno, Rafael Alberti

Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre
se escucha que palpita solamente la rabia,
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio
y en las médulas arde continua la venganza;
las palabras entonces no sirven: son palabras.

Balas. Balas.

Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas.
¡Qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!

Balas. Balas.

Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible, y calla.

Balas. Balas.

Siento esta noche heridas de muerte, las palabras.



       “No (me) queda casi nada: ni la cosa, ni su existencia, ni la mía, ni el puro objeto ni el puro sujeto, ningún interés de ninguna naturaleza por nada. Y sin embargo amo: no, es todavía demasiado, es todavía interesarse sin duda en la existencia. No amo pero me complazco en eso que no me  interesa, por lo menos en eso que es igual que ame o no. Ese placer que tomo, no lo tomo, antes bien lo devolvería, yo devuelvo lo que tomo, recibo lo que devuelvo, no tomo lo que recibo. Y sin embargo me lo doy. ¿Puedo decir que me lo doy? Es tan universalmente subjetivo –en la pretensión de mi juicio y del sentido común. Que sólo puede venir de un puro afuera. Inasimilable. En último término, este placer que me doy o al cual más bien me doy, por el cual me doy, ni siquiera lo experimento, si experimentar quiere decir sentir: fenomenalmente, empíricamente , en el espacio y en el tiempo de mi existencia interesada o interesante. Placer cuya experiencia es imposible. No lo tomo, no lo recibo, no lo devuelvo, no lo doy, no me lo doy jamás porque yo (yo, sujeto existente) no tengo jamás acceso a lo bello en tanto que tal. En tanto que existo no tengo jamás placer puro.” 
Jacques Derrida.

-

Olía a vos, y estaba enojada.

     Odio tener una esencia ajena en mi cuerpo, mis manos llenas de ti, sobre todo de ti, que te desprecio tanto como alguna vez te quise. Me acuerdo, porque iba sentada y no podía ignorar tu sabor diluido en mi boca, la saliva secándose en mi cuello, el tacto de tus dedos finos en mi pecho, todo el tú que se había quedado prendido de mí. Como siempre te quedas ilusamente prendido de mí, aunque no quieras.
     Ese día (un día que por lo demás no recuerdo cuál fue, ni me interesa) me acariciaste tiernamente, la mirada abstraída en mí, incluso te diste la crápula libertad de tocarme y yo simplemente te miré. Te miré con algo que seguro interpretaste como tristeza porque no sos mío y amor hacia tu persona (aunque eso no tendría sentido, porque sos mío, enteramente mío, aunque no lo sepas y yo no te lo haga saber). Pero no era eso, te equivocaste completamente; era desesperanza y frustración, tristeza, pero no por ti, sino por mí (no sé si alguna vez lo has pensado, pero todo esto tiene mucho de egoísmo). La mejor manera que tengo de explicarlo es esta: estaba angustiada de que hicieras eso, y yo no sintiese nada por ti. Me sentí infinitamente sola, me vi patéticamente añorando lo que pudimos haber sido y no fuimos y tampoco seremos. Me vi imbécilmente extrañando ser como vos y no serlo, haber dejado de serlo, no poder serlo nunca más, no de verdad. Y vos allí, mirándome como idiota, prendido de mí, aunque no quieras.

Olía a vos, y tu olor me revolvía las entrañas.

Lucas, su nuevo arte de pronunciar conferencias (Julio Cortázar)

     -Señoras, señoritas, etc. Es para mí un honor, etc. En este recinto ilustrado por, etc. Séame permitido en este momento, etc. No puedo entrar en materia sin que, etc.
     Quisiera, ante todo, precisar con la mayor exactitud posible el sentido y el alcance del tema. Algo de temerario hay en toda referencia al porvenir cuando la mera noción del presente se presenta como incierta y fluctuante, cuando el continuo espacio-tiempo en el que somos los fenómenos de un instante que se vuelve a la nada en el acto mismo de concebirlo es más una hipótesis de trabajo que una certidumbre corroborable. Pero sin caer en un regresionalismo que vuelve dudosas las más elementales operaciones del espíritu, esforcémonos por admitir la realidad de un presente e incluso de una historia que nos sitúa colectivamente con las suficientes garantías como para proyectar sus elementos estables y sobre todo sus factores dinámicos con miras a una visión del porvenir de Honduras en el concierto de las democracias latinoamericanas. En el inmenso escenario continental (gesto de la mano abarcando toda la sala) un pequeño país como Honduras (gesto de la mano abarcando la superficie de la mesa) representa tan sólo una de las teselas multicolores que componen en gran mosaico. Ese fragmento (palpando con más atención la mesa y mirándola con la expresión del que ve una cosa por primera vez) es extrañamente concreto y evasivo al mismo tiempo, como todas las expresiones de la materia. ¿Qué es esto que toco? Madera, desde luego, y en su conjunto un objeto voluminoso que se sitúa entre ustedes y yo, algo que de alguna manera nos separa con su seco y maldito tajo de caoba. ¡Una mesa! ¿Pero qué es esto? Se siente claramente que aquí abajo, entre estas cuatro patas, hay una zona hostil y aún más insidiosa que las partes sólidas; un paralelepípedo de aire, como un acuario de transparentes medusas que conspiran contra nosotros, mientras aquí encima (pasa la mano como para convencerse) todo sigue plano y resbaloso y absolutamente espía japonés. ¿Cómo nos entenderemos, separados por tantos obstáculos? Si esa señora semidormida que se parece extraordinariamente a un topo indigestado quisiera meterse debajo de la mesa y explicarnos el resultado de sus exploraciones, quizá podríamos anular la barrera que me obliga a dirigirme a ustedes como si me estuviera alejando del muelle de Southampton a bordo del Queen Mary, navío en el que siempre tuve la esperanza de viajar, y con un pañuelo empapado en lágrimas y lavanda Yardley agitara el único mensaje todavía posible hacia las plateas lúgubremente amontonadas en el muelle. Hiato aborrecible entre todos, ¿por qué la comisión directiva ha interpuesto aquí esta mesa semejante a un obsceno cachalote? Es inútil, señor, que se ofrezca a retirarla, porque un problema no resuelto vuelve por la vía del inconsciente como tan bien lo ha demostrado Marie Bonaparte en su análisis del caso de Madame Lefèvre, asesina e su nuera a bordo de un automóvil. Agradezco su buena voluntad y sus músculos proclives a la acción, pero me parece imprescindible que nos adentremos en la naturaleza de este dromedario indescriptible, y no veo otra solución que la de abocarnos cuerpo a cuerpo, ustedes de su lado y yo del mío, a esta censura lígnea que retuerce lentamente su abominable cenotafio. ¡Fuera, objeto oscurantista! No se va, es evidente. ¡Un hacha, un hacha! No se asusta en lo más mínimo, tiene el agitado aire de inmovilidad de las peores maquinaciones del negativismo que se inserta solapado en las fábricas de la imaginación para no dejarla remontar sin un aire de mortalidad hacia las nubes, que serían su verdadera patria si la gravedad, esa mesa omnímoda y ubicua, no pesara tanto en los chalecos de todos ustedes, en la hebilla de mi cinturón y hasta en las pestañas de esa preciosura que desde la quinta fila no ha hecho otra cosa que suplicarme silenciosamente que la introduzca sin tardar en Honduras. Advierto signos de impaciencia, los ujieres están furiosos, habrá renuncias en la comisión directiva, preveo desde ahora una disminución del presupuesto para actos culturales; entramos en la entropía, la palabra como una golondrina cayendo en una sopera de tapioca, ya nadie sabe lo que pasa y eso es precisamente lo que pretende esta mesa hija de puta, quedarse sola en una sala vacía mientras todos lloramos o nos deshacemos a puñetazos en las escaleras de salida. ¿Irás a triunfar, basilisco repugnante? Que nadie finja ignorar esta presencia que tiñe de irrealidad toda comunicación, toda semántica. Mírenla clavada entre nosotros, entre nosotros a cada lado de esta horrenda muralla con el aire que reina en un asilo de idiotas cuando un director progresista pretende dar a conocer la música de Stockhausen. Ah, nos creíamos libres, en alguna parte la presidenta del ateneo tenía preparado un ramo de rosas que me hubiera entregado la hija menos del secretorio mientras ustedes restablecían con aplausos fragorosos la congelada circulación de sus traseros. Pero nada de eso pasará por culpa de esta concreción abominable que ignorábamos, que veíamos al entrar como algo tan obvio hasta que un roce ocasional de mi mano la reveló bruscamente en su agresiva hostilidad agazapada. ¿Cómo pudimos imaginar una libertad inexistente, sentarnos aquí cuando nada era concebible, nada era posible si antes no nos librábamos de esta mesa? ¡Molécula viscosa de un gigantesco enigma, aglutinante testigo de las peores servidumbres! La sola idea de Honduras suena como un globo reventado en el apogeo de una fiesta infantil. ¿Quién puede ya concebir Honduras, es que esa palabra tiene algún sentido mientras estemos a cada lado de este río de fuego negro? ¡Y yo iba a pronunciar una conferencia! ¡Y ustedes se disponían a escucharla! ¡Y ustedes se disponían a escucharla! No, es demasiado, tengamos al menos el valor de despertar o por lo menos admitir que queremos despertar y que lo único que puede salvarnos es el casi insoportable valor de pasar la mano sobre esta indiferente obscenidad geométrica, mientras decimos todos juntos: Mide un metro veinte de ancho y dos cuarenta de largo más o menos, es de roble macizo, o de caoba, o de pino barnizado. ¿Pero acabaremos alguna vez, sabremos lo que es esto? No lo creo, será inútil.
     Aquí, por ejemplo, algo que parece un nudo de la madera… ¿Usted cree, señora, que es un nudo de la madera? Y aquí, lo que llamábamos pata, ¿qué significa esa precipitación en ángulo recto, este vómito fosilizado hacia el piso? Y el piso, esa seguridad de nuestros pasos, ¿qué esconde debajo del parqué lustrado?

     (En general la conferencia termina –la terminan- mucho antes, y la mesa se queda sola en la sala vacía. Nadie, claro, la verá levantar una pata como hacen siempre las mesas cuando se quedan solas).

Abandonos

28/04/13
Siempre que me ves tienes esa expresión, esa manera de comportarte como si estuvieses perdido y yo pudiese salvarte. Creo que es la misma expresión que pongo yo, y ambos sabemos que es un poco mentira y un poco verdad. Un poco verdad para ti más que para mí en realidad. En fin, siempre esa expresión de pesar y sufrimiento no dicho, siempre la misma: los ojitos brillantes, y tu carita de cachorro abandonado en la lluvia.

Aclaraciones compasivas

09/04/13

Aunque suene* egoísta y egocéntrico...
*[Digo  "aunque suene", como si no fuera así,
 y qué mierda, soy una egocéntrica admitida,
pero no importa, sigamos con la hipocresía,
a todos nos gustan las mentiras]

Aunque suene egoísta y egocéntrico, siempre estuviste fuera de la historia, no eras importante. Por eso, quizá, todos hemos jugado un poco contigo, como un pasatiempo fuera de lo que es el divertimento primordial, que somos nosotros cuatro jugando a engañarnos y a sufrirnos. Tú fuiste simplemente engañada siempre, la que sufrió siempre, la mártir de este cuento en que nadie más quiso serlo porque hay mucho orgullo de por medio, mucho odio, muchas mentiras. Creo, sin embargo, que tú has perdido menos, pero te compadezco un poco*
[Te compadezco un poco, pero me he reído de ti:
te lo confieso. 
He sido una espectadora y partícipe de tu sufrimiento,
y pudiendo haber hecho algo por ti,
decidí  hacer lo contrario.
Sin embargo no te pido disculpas,
no es mi culpa que tú no seas capaz]

En fin, esto que escribo no tiene ningún objetivo claro así que he decidido dejarlo aquí. Es una simple explicación que tal vez nunca leas (o probablemente sí). Hoy me siento compasiva: escapa de esta historia. Todos los demás siempre sobran, la historia seguimos siendo nosotros; igual al comienzo que al final.

Onetti (08/04/13)

En 1989, el escritor Juan Carlos Onetti se acostó para no volver a levantarse, excepto cuando en 1994 lo llevaron a una clínica en la que murió.


     Usted no se imagina, señor Onetti, cuánto envidio su capacidad de abstracción, de decidir encerrarse y morirse y que nadie moleste, que no insistan, dios sabe por qué no insistieron (tal vez lo hicieron, qué sé yo), pero lo cierto es que usted tuvo sus 5 años de quedarse en su cama bebiendo, escribiendo y mirando el techo. Un ciudadano común y corriente hace eso y le traen al amigo, al psicólogo, al psiquiatra y a quién sea para levantarlo de la cama y meterlo de vuelta en la máquina de la vida, vuelta a la misma mierda monótona de siempre. Y que no se queje, que lo están salvando y que dios mío, ya nadie aprecia los esfuerzos que se hacen para que uno sea normal y se comporte como-ha-de-comportarse-la-gente-de-bien, y que uno no valora ese tremendo esfuerzo (aunque no lo haya pedido) y que debería, por lo menos, tratar de parecer agradecido (aunque no lo esté).

     Yo me pregunto quién habrá sido el inteligente que pensó que cada vez que una hormiga se sale de la fila hay que obligarla a volver, contra su voluntad. Es lógico pensar que es bastante posible que la hormiga vuelva con instintos asesinos por su fallida fuga y le muerda la antena a la hormiga que va detrás, ocasionando el caos en el hormiguero y el encarcelamiento de la ya mencionada subversiva hormiga, que tampoco tenía intenciones de revolución ni mucho menos, sino simplemente de caminar y comer y mirar el cielo. ¿Y todo ese caos por qué? Porque no la dejaron escaparse. Si la hormiga se hubiese escapado habría ido por ahí sola, sin pedirle nada al hormiguero, y no habría tenido que quitarle la antena a la inocente hormiga trasera, que tampoco era la culpable de nada. Pobre.
     En la gente, de más está decir, pasa lo mismo. Basta con que uno camine un milímetro dentro de eso-que-está-mal-porque-todos-lo-encontramos-malo y de pronto hay un montón de personas-hormigas ofendidas porque uno es un desagradecido y no tiene sentido común, y se quejan y lloran y balbucean, esperando que uno reflexione y se de cuenta de que ellos tienen razón, en vez de sacarle a mordiscos la antena a la persona-hormiga más cercana, que, a mí parecer, es la opción más entretenida, pero que tiene el contra de que puede terminar en un manicomio o una comisaría. Creo, eso sí, que ser tildado de loco o de delincuente es lo menos grave, creo que lo peor es que a veces ganan, que muchas fórmicas enojonas y desgradables como uno de pronto piensan que tal vez es más fácil comportarse como-se-comporta-una-persona-de-bien, y dejan de resistirse, y se unen voluntariamente a esa marea que va hacia-donde-todos-queremos-ir-porque-es-bueno.

Y me enoja toda esta situación, y digo "se acabó, desde mañana ya no me levanto más". Y estoy segura de ello, pero entonces, siempre a las 6:55 A.M. la hormiga padre se levanta y me levanta de mi cama y termina con mi subversión.









Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía.
Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.li.ta.
Hay que ser artista y loco, un ser infinitamente melancólico, con una burbuja de ardiente veneno en las entrañas y una llama de suprema voluptuosidad siempre encendida en su sutil espinazo para reconocer de inmediato, por signos inefables al pequeño demonio mortífero entre el común de las niñas; y allí está, no
reconocida e ignorante de su fantástico poder.
Vladimir Nabokov,  Lolita


verbos homólogos

Desgarra, muerde, daña: tortúrame
Consume, incendia, calcina: mírame
Destroza, asfixia, envenena: aniquílame

P.S. No me beses, no me ames: el amor no nos sirve de nada

Muñeca

Me gusta la belleza inmaculada,
la tez pálida y sin rubor, 
los cabellos quietos,
el corazón silencioso.

Las muñecas de porcelana,
frías,
perfectas,
muertas.

(La perfección sólo existe en lo muerto,
lo vivo se corroe y oxida y demacra
simplemente para morir
ya sin vestigio de lo que fue)

Un asesino no es necesariamente grotesco,
a veces busca perfección.

Senilidad


Me consuela la seguridad de la muerte, el ahogo inminente en el turbulento y cansado río que, por una suerte de esperanza, insisto en nadar. La muerte, indolente, insensible, caprichosa e inalcanzable. Única verdad de este perro mundo. (Lo que me asusta es que tal vez, al ahogarme, no te encuentre en el fango cadavérico de las aguas).

     
 

Revueltas

Hablaban, leían y hacían el amor.
No se amaban, ni siquiera se querían
(bien lo saben ambos),
pero en él ella encontraba un cierto alivio,
(no era paz, nunca paz
el lugar menos pacífico era a su lado)
una comprensión muda y distante,
comprensión de un ser que comprende el caos
...un ser que es el caos...
(¿quién más si no?)

Creo que por eso ella siempre vuelve.
A ratos le permite distinguir las voces,
y comprender
(la comprensión ha sido su peor enemiga, pero el masoquismo gana)
Y vuelve, también, porque está atada
(el odio, la venganza, el dolor)

Él, un misterio.

Al fin y al cabo, ¿por qué no volver?

x

You say you wanna stay by my side... Darling, your head is not right (The Strokes)
     Yo no comprendo.

Muerte

La tierra a veces grita, pero poca gente la escucha. Grita mientras la muerte la horada con sus zapatos de charol, sangra y se retuerce en rito oscuro la sal de los muertos inquietos.

Palabras calladas entre los escalofríos de una mañana que no amanecía, rodeada por la cal de los huesos de gente anterior.

(No quiero que entren, no quiero que entren)
(Ya entraron, están en todas partes)

En el temblor de mi boca y mis entrañas, pude identificar eso tan conocido. Creo que la muerte me respiró en la espalda.

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Te quiero tanto que me duele respirar.
Mentira

Don't


"Don't you worry about a thing, 'cause every little thing is gonna be alright"

     Frases, suspiros que pertenecen a un pasado cercano en el que  una canción al oído era  suficiente. Ya no siento nostalgia de esa época.


"No llores por mí, yo voy a estar bien, como siempre"
"No te preocupes de nada, porque todo va a estar bien"


- Odio el mar, soy todo lo contrario de un marino. Creo que alguna vez morí en el mar.
- Jaja, lo más seguro es que a vos te mató una sirena. A mí me gusta el mar, si fuese por mí viviría siempre ahí, en el infinito de las olas..
- Tal vez eres una sirena, ¿quién sabe?

Conversación recordada recientemente,
no prometo  un 100% de fidelidad a lo real
la memoria es frágil

Sueño 2

Y ese hombre alto, de terno y de sonrisa, sonrientemente me sofoca y me asesina.

Fin del sueño (18/02/13)

Sueño 1

     Curiosa ironía que te haya encontrado así: sangrante, débil, inútil. No sé por qué te recogí, creo que por una suerte de memoria, simplemente en ese momento te vi como te he visto y amado siempre , no como sos realmente. El caso es que te recogí.
     No sólo te recogí, te llevé hasta la cama y te quité la camisa, y vi la profunda herida que te cortaba la espalda en carmesí rasguño, ibas a morir. Tomé una aguja y cosí tu herida, sobreponiéndome al asco y al miedo, limpié la sangre, te cuidé, y despertaste.
     Despertaste, pero no eras tú, eras el que fuiste alguna vez. Ni siquiera sonreíste, me sujetaste sin fuerza y me besaste, y entonces cerraste los ojos, la muerte colgando en mis brazos

Fin del sueño
(18/02/13)

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No es pena ni lástima ni desconsuelo
son cristales finos hundiéndose en las manos, en los dedos, en el alma, sangre que brota y fluye y se desliza y desaparece en las fauces de estrellas y corsarios, intentando saciar el apetito voraz de una tierra insaciable

Sentimiento de sangre

A veces me gusta pensarte. (No confunda, pensar no es sentir ni extrañar)
Me gusta analizar el frío cascarón de tu corazón mal concebido, tan crípticamente evidente:
el rictus de la boca simulando una sonrisa, el tono alto y alborozado al hablar...
y el magma en los ojos oscuros de vesania y dolor, la hiel cruenta ahogándote.

Me parece impresionante que nadie note como cambian tus ojos. Te lo he dicho miles de veces.

Cito a una de esas que revolotean en torno a ti como polillas:
"Se estaba portando simpático y estaba bien, y de repente, de la nada, enojadísimo. Incluso yo lo estaba molestando y me apretó la mano con violencia, luego me pidió disculpas. Es tan bipolar, no logro entenderlo."
Me sorprendí en realidad. Sé que no es particularmente astuta, pero no pensé que fuese tan imbécil.
Esos días, por lo que yo he visto, tienes a un galeote en el cepo de la mirada, un genocida escondido que se escapa a ratos por tu lengua bífida. Mientras más luminoso sos en el exterior, más rocas tartáricas emprenden la fuga por tus manos menudas y viles, mientras más sonríes, más mierda te come por dentro, te corroe y te carcome.

De niñas y mariposas

La pequeña bailó hasta llegar al mesón donde su madre cocinaba, la cogió de la punta del vestido verde y la miró con ojos llenos de mariposas.
- Mamá, ¿me das un abrazo?
- No -contestó la madre con crudeza.
Se desvaneció cerrando la puerta tras ella, en el lugar de la niña un montón de cristales rotos y en los ojos, mariposas muertas.


De pocas palabras.

Cuando estaba contigo me desvanecía.

Dibujo:

Un niño herido, los ojos de sol muerto, el cabello enredado, la sangre en los labios y la muerte en las manos.

(Un niño al fin y al cabo)

(Ese niño es al que yo amo)



.-

La letanía ríspida de tus labios se aleja, perdida momentáneamente entre las brisas nocturnas de los astros, y junto con ello mi alma se va también, enredada inevitablemente a la muerte.

Cosas que se esfuman

Cuéntame de nuevo la historia de tus castillos de naipes, de las princesas de papel y los reyes de humo en los frágiles salones.
Cuéntame, pues los naipes se han derrumbado, las princesas desarmado y los reyes esfumado, y yo no puedo verlos. 

Se ha ido todo, y sin embargo sigues aquí, viéndolos.

(Dime, ¿cuál es el punto de conseguir la felicidad, si es una mentira que se acaba?)

Intraducciones

El lenguaje siempre se nos queda corto


1.  Toska (Ruso)
     Vladimir Nabokov describe mejor que nadie el concepto de "toska": "Ninguna palabra del inglés traduce todas las facetas del toska. En su sentido más profundo y doloroso, es una sensación de gran angustia espiritual, a menudo sin una causa específica. En el aspecto menos mórbido es un dolor sordo del alma, un anhelo sin nada que haya que anhelar, una añoranza enferma, una vaga inquietud, agonía mental, ansias. En algunos casos podría ser el deseo por alguien o por algo en particular. En su nivel más bajo, se reduce al hastío, al aburrimiento".

2. Razbliuto (Ruso)
     Sentimiento de cariño por una persona que una vez se amó.

3.  Litost (Checo)
     Milan Kundera, autor de "La insoportable levedad del ser", habla así de esta palabra: "He buscado vanamente en otras lenguas el equivalente de esta palabra, porque me parece difícil imaginar cómo alguien puede comprender el alma humana sin ella". La definición más cercana es un estado de agonía y tormento creado por la visión repentina de la propia miseria.

4.  Schadenfreude (Alemán)
     Intraducible en la mayoría de las lenguas, significa complacerse maliciosamente con la desgracia ajena, o regodearse.

5.  Backpfeifengesicht (Alemán)
     Término para expresar literalmente que un rostro merece un puñetazo.

6.  Cafuné (Portugués Brasilero)
     Acto de peinar a alguien suavemente con los dedos.

7.  L'appel du vide (Francés)
     Necesidad urgente de saltar de lugares altos.

8. Mise en abyme (Francés)
     Una imagen que se contiene en sí misma infinitas veces.

9.  Ya'aburnee (Árabe)
     Literalmente significa "tú me entierras", y alude al deseo de morir antes que el interlocutor, para no tener que sobrellevar su ausencia.

10. Altahmam (Árabe)
     Denota un cierto tipo de tristeza, como un dolor en el pecho y ganas de llorar.

11. Forelsket (Noruego)
     Euforia del primer enamoramiento.

12.  Mamihlapinatapai (Yagan, Tierra del Fuego)
     La mirada intraducible y llena de significado entre dos personas que desean lo mismo, pero esperan a que el otro lo haga.

13. Tatemae y Honne (Japonés)
     Dos palabras que expresan lo que finges creer y lo que realmente crees, respectivamente.

14. Mono no aware (Japonés)
     Tristeza por el paso inexorable del tiempo.

La dama quemada y la de humo

   "Hay que tener buena memoria después de haber mentido".- Pierre Corneille.   
En tu agonía y tu mentira sos dos personas, una de ellas destinada a morir puesto que un cuerpo no aguanta la posesión de dos almas si no son ambas verídicas. Me pregunto, sin embargo, ¿cuál ha de morir?
La falsa, pienso yo lógicamente, pero, ¿qué hace a la falsa menos real? Te has encargado de que se sienta viva, de que se crea auténtica y existente, y no tienes corazón para destruirla ahora: te ha destruido a ti. Dejaste que tu mentira te enredara y se volviera tu verdad, ya es muy tarde para dar vuelta atrás.

El humo ha prevalecido por sobre tu carne quemada y magullada.

Aunque no te deseo suerte, tampoco te deseo aflicción.





Te recuerdo, querida, que el humo se desvanece al fin y al cabo,
si matas a la verdadera, matas a la falsa
Pon atención a lo que haces.

Trata.

Me gustas cuando sos así, despiadado y cruel, cuando las pupilas te rebosan del odio y la indiferencia hacia todo, incluso hacia mí. Me gustas cuando dejas de lado ese cinismo, ese cinismo tan nuestro y tan bonito, me gustas cuando sos tan real y tan hiriente.

No te negaré que me duele, que en este momento me echaría a llorar como una niña pequeña, pero es lo más real, lo más humano que siento por vos
(¿qué siento por vos? Nada, por vos no siento nada, siento por mí, vos sos un mero intermediario entre yo y yo, esta pena es mía y no depende en absoluto de ti)
y me causa un dolor en el pecho y una sonrisa radiante, un regocijo amarrado con el nudo de mi garganta. Nudo atado con mis propios dedos.

Me despojas de toda nuestra mentira, me desnudas hasta lo más hondo de mis deseos, y entonces me acuerdo de que no me interesa, de que en realidad sufro por vos porque se me da la gana, no porque me provoques sufrimiento verdadero.

Y vos, vos sos cruel conmigo sin imaginar que no me haces daño. Vos no sabes cómo soy yo, no me conoces nada porque, si bien creo que sospechas mis mentiras, no sabes cuál es la verdad. Pero vos no sabes que tu persona no puede tocarme en lo más mínimo, crees que sos el mundo para mí y sos vil conmigo, un perro desalmado.

Me gustas cuando te conviertes en esta escoria de persona, capaz de hacer pedazos a una niña doliente.
Capaz de tratar de hacer pedazos a la Feña.
Tratar, porque evidentemente no puedes, simplemente crees que sí, y yo te soy condescendiente. Me muestro destruida, quebrada y, sin embargo, heme aquí,sin rasguño alguno. Más insensible que antes, incluso, porque cada vez que matas mi mentira tengo menos ganas de rehacerla, y me abandono a la verdad.

Comprende, no puedes destrozarme, no en este momento. Pero trata más, me gusta verte intentarlo.
-¿Qué piensas?
- Nada.
-¿Cómo nada? Eso es mentira.
- Es la verdad, las personas siempre piensan nada..
- Como si tú fueras persona..
(Yo trato, de verdad trato de ser persona)

De la permutación de los mundos

"El problema es que vivimos en mundos separados, uno de los dos tiene que renunciar a su mundo. A veces creo que debe ser ella, a veces creo que debo ser yo, pero aquí estamos siempre en mundos diferentes." 
"Para que nada nos separe, que nada nos una" (Pablo Neruda)



Dentro de los mundos no hay espacio para más de una persona.
Sabes que ella no sería capaz de entrar a tu mundo, se desintegraría cual alas de polilla en el fuego, vil gusano en tierras demasiado áridas.
Sabes que tú no podrías entrar en su mundo, porque aunque lo hicieras, te asfixiarías en el aire enrarecido de espacios empolvados.

Yo, yo no tengo nada que ver en esto, yo sólo me pregunto:
¿Será posible una permutación de los mundos?
Y más irrealizable aun:
¿Será posible una mezcla de los mundos?

Yo no tengo interés en compartir mi mundo ni abandonarlo, y dime, ¿quién tendría interés de entrar al tuyo, si fuese lo suficientemente sabio como para saber en qué se mete?

(Meterla en tu mundo es condenarla,meterte en su mundo es condenarte.)


Amanecer

Entre las pocas estrellas se enreda la cabellera de la noche, mientras una mano de dedos largos le acaricia el torso y le borra una fría lágrima del astral rostro con ígnea sonrisa. ¿Es el cielo que se agita en esa melodía lánguida, o es piélago alborotado de pájaros escamados? Amanece.

Pieles y plumas

La muerte no me impresiona ni me intimida. Hace poco vi una persona muerta, la cara destrozada e irreconocible, una masa sanguinolenta e inmóvil. No sentí nada.
Sin embargo, hace un día o dos caminaba por una calle de una ciudad horrible, mirando al piso. Con ojos de niña asustada descubrí un montoncito de plumas y alas y vuelos estrellado contra el piso. Me incliné y, curiosamente, me puse a llorar sobre ese atadito de aire fallecido.
¿Cómo puede ser que me duela más ese pajarito que una persona?
Pues porque estás loca (me susurra amablemente una amistosa boca familiar).
Claro, ese era el motivo, eso explica muchas cosas.

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"Te has vuelto una persona callada. Lo único que te motiva a hablar, a decir algo realmente, es hacerle ver a la gente cuán estúpida es. Lo que sientes y lo que piensas no se lo dices a nadie, no te interesa que lo sepan. Lo demás, hablar imbecilidades con cualquier persona, no significa nada, es como si estuvieses en silencio."

Mármol cristalino

Estaba tan triste en ese momento que no te imaginas, estaba tan enojada contigo, tan terriblemente angustiada... Cuando comenzaste, iba a romper a llorar, no sé si lo notaste.
Entonces te sentaste y dejaste de mirarme, entonces la música brotaba de tus dedos como las lágrimas deberían haber escapado de mis ojos, tus manos como pájaros eran casi una caricia para mi alma.
Y entonces te odié profundamente, me di cuenta cuán frágil era mi persona a tu lado.
Mi corazón marmóreo, vuelto de cristal.

Humaredas

Entre el humo se esboza tu rostro geométrico
se dibuja tu boca entreabierta como queriendo decir algo
no diciendo nada
Te preguntas qué pregunto,
que intento descubrir entre tus pestañas oscuras...
No quiero descubrir nada, he descubierto demasiado...
Debería haberte dejado perdido en el humo.






En el fondo de tus ojos rojos veo mis ojos.

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