en fin, pase lo que pase en estos meses
siempre quedará el sexo, los libros y el suicidio.
     Estoy atrapada dentro de mí misma. Ahora que no puedo hablar con vos no lo he hablado con nadie, no porque te quiera más que al resto ni mucho menos, sino que porque para hablarlo tendría que explicar muchas cosas y no me es simple, a veces tengo la intención de hacerlo pero me encuentro estancada en las palabras que se pueden usar, en las caras de incomprensión, y decido al final que no vale la pena. Y tampoco es que cambie nada hablar las cosas, es más una cuestión de satisfacción personal, no sentirme tan sola en medio del mar como me siento ahora.
     Últimamente ni siquiera me dejan dormir. Hablan toda la noche, siempre cuando trato de dormir me llaman, a veces enojados, a veces riéndose. No sé cuál de las dos situaciones es peor. A mí me hablan en otros lenguajes casi siempre, aunque a veces puedo entender mi nombre entre sus palabras, no sé cómo te pasará a ti. Me aterran, aunque dentro de la lógica sé que no pueden hacerme daño, pero es difícil dejar de tenerles miedo, las risas todavía me dan escalofríos. Además, cuando logro quedarme dormida, siguen ahí en mis sueños, no siempre, pero varias noches a la semana (hablando de sueños, el otro día soñé con vos, pero esa es una historia para otro día).
     No quiero que pienses que esto es como una pseudo-declaración de amor ahora a la distancia (no creo que seas tan imbécil, pero nunca se sabe). Es más como tratar de espantarlos, de que se callen un rato, qué sé yo, se hace lo que se puede. 
     Si lees o no lees esto, da lo mismo. En fin, buenas noches.
     


A veces te echo de menos
pero poquito
No me dejan tranquila
No me dejan tranquila
No me dejan tranquila

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