“Parecían dos niños”, me dijo. Y esa reflexión la asustó, pues siempre había pensado que sólo los niños son capaces de todo. (Crónica de una Muerte Anunciada)
Evocación,
de ti
de tus ojos,
del vacío.

Ojos vacíos
de niño triste,
de niño duro,
de niño cruel.

Ah, amor mío,
tan real 
tan ingenuo
tan nada
tan todo.

(Esa obsesión malsana con ustedes,
niños tristes: mientras más tristes,
más crueles)



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