No
estábamos enamorados, hacíamos el amor con un virtuosismo desapegado y crítico,
pero después caíamos en silencios terribles y la espuma de los vasos de cerveza
se iba poniendo como estopa, se entibiaba y contraía mientras nos mirábamos y sentíamos
que eso era el tiempo.
Julio Cortázar, Rayuela
(Alguna vez, sin embargo, fue distinto)